En la pesca deportiva, la devolución de los ejemplares permite que las especies se multipliquen y que todos los pescadores tengan la posibilidad de sacar alguno del agua.

A nivel comercial, todos los ríos tienen un techo de extracción; superado el mismo, se corre muchísimo riesgo caer en la depredación. Los cupos se determinan a partir de estudios que deben ser avalados por la subsecretaría de Pesca de la Nación, las distintas provincias, las universidades nacionales y el Conicet. Estos estudios determinan cuánto se puede pescar.

Distintas organizaciones ambientalistas han denunciado en los últimos días que la subsecretaría de Pesca de la Nación aún no fijó los cupos de exportación de pescado de río para 2009, medida que atenta contra las distintas economías regionales que se mueven -muchas veces- a partir de la pequeña y mediana empresa. De estos emprendimientos viven miles de personas que se ven perjudicadas por el accionar sin límite de frigoríficos que se dedican a la exportación.

En relación al accionar de los grandes frigoríficos, Daniel Moretto, miembro del Consejo Provincial Pesquero de la provincia de Santa Fe, manifestó a la prensa que “el río no es una fábrica”, y por lo tanto “no se puede permitir que vengan, pesquen y se lleven lo que quieran”.

Al problema de la no existencia del cupo se le suma el agravamiento de la marcada bajante de Paraná por la retención de aguas en las grandes represas como Yacyretá e Itaipú, que ha hecho mermar el recurso pesquero de la provincia de Santa Fe y de todo el litoral.

Jorge Cappato, director de la organización ambientalista Proteger, explicó que “desde el año 2000 venimos reclamando en forma permanente la reducción y cese de las exportaciones, y que los cupos se fijen según estrictos criterios de sustentabilidad y para recuperar la pesquería para los usos tradicionales que tuvo hasta los años ‘90”.

Economías regionales
Las distintas organizaciones ambientalistas reclaman un estricto control del cumplimiento de la ley 12.212 para todas las actividades pesqueras, que permitiría preservar el recurso ictiológico respetando las tallas mínimas exigidas para cada especie.

Cappato remarcó que “el objetivo final sería reconducir una pesquería con fuerte sentido extractivista e insustentable hacia una pesquería multiespecífica con usos variados, preservando prioritariamente la pesca artesanal-comercial como base de la seguridad alimentaria de la población, para la pequeña y mediana empresa ligada al pescado, y para proteger miles de puestos de trabajo”.

“El recurso del río es nuestro, es de la provincia. Lo que queremos también es que de una vez por todas las normas de la provincia de Entre Ríos sean compatibles con todas las leyes y las medidas reglamentarias que tiene la provincia de Santa Fe, que mediante la ley 12.722 cuida al dorado, una especie que está declarada pez turístico provincial”, explicó a la prensa Daniel Moretto.

Mientras la Nación no dispone del cupo a la pesca, la economía de muchas poblaciones atraviesan serias dificultades que se ven agravadas por la crisis. Además, se corre el riesgo de depredar numerosas especies como sábalos, bogas o surubíes. Quizás por ello, el representante de la Consejo provincial pesquero de Santa Fe no dudó en afirmar que “nosotros defendemos el recurso para que sea sustentable. No podemos permitir que cualquiera venga, pesque
y se lleve lo que quiera. El río no es una fábrica, es un recurso alimentario de todos los argentinos y entre todos los tenemos que cuidar”.